Empezaron a caminar por un camino de dulces parecidos a almohadas y Lollipop Arcoíris comenzó a explicarles como era todo en Candy Land.
-Acá existen unas cuantas ciudades en las que todo es de un dulce en específico, por ejemplo: mi ciudad está llena de paletas (dijo Lollipop Arcoíris)
-¿Qué otras ciudades existen? (preguntó Magdalena)
-¿Hay alguien que gobierna Candy Land? (preguntó José)
-Respondiendo a tu pregunta… no, acá no gobierna nadie. Vivimos en paz con los otros países y para nosotros es mejor que no haya alguien que sea "superior" al resto (dijo mirando a José)
-Que interesante… (dijo Magdalena)
-Las otras ciudades que existen se las mostraré y hablaré de ellas cuando lleguemos a donde están, ya que no quedan muy lejos de aquí, (respondió feliz Lollipop Arcoíris, porque le gustaba hacer de guía turística)
-Lollipop Arcoíris, ¿A que te referías con países? (preguntó intrigada Magdalena)
-Llámame Lolli, así me dicen mis amigos, nosotros somos un País de Dulces, y existen más países pero no son de Dulces. Todos son de algo comestible, hay uno de frutas, otro de verduras y de comida en general como sushi, pizza, empanadas entre otras (respondió Lolli)
-¡Que interesante! (dijo José)
-¡Que genial! (dijo Magdalena)
-Bueno, ahora nos dirigimos hacia la ciudad de helado, hace mucho frío allí así que espero que estén abrigados pero también hace calor así que mejor que estén con algo ni muy abrigado ni muy desabrigado (dijo Lolli)
-¡¿Existe una ciudad de helado!? ¡Viviría feliz allí! (dijo Magdalena)
-Yo también (dijo José)
De repente las nubes se pusieron grises y empezó a llover milo (el cereal, no la leche) y también rayos de chicle. El ambiente había cambiado muy drásticamente y Lolli se veía angustiada pero a la vez se notaba que sentía esperanza, de algo.
-¡¿Que pasó?! (dijo sorprendido y extrañado José)
-¿Este tipo de cambio de clima sucede seguido? ¿Es normal? (preguntó Magdalena)
-No lo es… ¡que raro! (dijo Lolli)
Se notaba que Lolli les estaba ocultando algo pero Magdalena y José prefirieron no preguntar.
Siguieron caminando rumbo a la ciudad de helado como si nada hubiera pasado. Al llegar los recibió una niña y un niño con vestimentas muy extrañas. La niña tenía el pelo suelto, corto y de color negro azabache... tenía un helado de frambuesa en la cabeza (estaba estático y no se derretía a pesar del calor que hacía), tenía una polera manga larga con helados de frambuesa (con el cono) pegados, igual que en sus pantalones y encima de sus zapatos había una bola de helado de frambuesa.
El niño tenía el pelo rubio y corto, tenía una polera manga corta en la que habían pegados centellas igual que en sus shorts (o pantalón corto) y sus zapatos eran del mismo color que el centella, y parecía que un centella se hubiera derretido encima de sus zapatos.
Si ellos hubieran vivido en Chile, sus vestimentas destacarían si o si. Magdalena y José ni se inmutaron porque ya estaban un poco acostumbrados a la ropa extravagante. Pero si se impresionaron al darse cuenta que los dos niños estaban parados al medio de un arco con un cartel que decía: "Bienvenidos a Ciudad helado", al lado habían dos paletas que cambiaban de color constantemente y se derretían por el calor que hacía.
Lolli se acercó a la niña con una sonrisa radiante y le dijo:
-¡Hola Frambuesa helado! ¿Cómo va tu nuevo trabajo aquí?
-¡Bien! La paso muy bien con Centella pero todavía no logro acostumbrarme al calor. ¡Trabajar protegiendo a mi ciudad como guardiana es un honor! Ese es mi consuelo, dijo Frambuesa.
-Con el tiempo te acostumbrarás, ¡Hola Lolli! (dijo el tal Centella)
-¡Hola! ¿Nos dejarías pasar? (respondió Lolli)
-¡No puedo creer que "Centella" sea un "alguien! (le susurró José a Magdalena)
-¡Si! pero... ¿Quiénes son ellos? (dijo mirando a Magdalena y a José)
-Son nuevos... son humanos, pero tranquilo estás aquí para ayudar (respondió Lolli susurrando)
-Si es así… ¡Bienvenidos! pueden pasar (dijo con un tono un poco desconfiado en su voz, Centella)
Adentro había un gran lago de helado, de paleta, derretido y encima habían unas casas hechas con palitos de helado. Pero eso no fue lo que les llamó la atención a Magdalena y a José, sino fue el calor lo que encontraron curioso, allí hacían como mínimo 36 grados.
-¿Por qué hace tanto calor? (preguntó José)
-En esta parte de ciudad helado siempre hace mucho calor... mínimo 25 grados, máximo 40 (dijo Lolli)
Siguieron avanzando y a lo lejos ya se veían unos Iglúes de helado y Lolli les dijo (señalando una barrera invisible) que iban a cruzar a la otra parte de la ciudad.
-¡Prepárense! Yo cruzaré primero (dijo Lolli)
Lolli caminó hacia la barrera y de repente apareció al otro lado, como si se hubiera teletransportado. Después le indicó con un gesto, a Magdalena y a José que la cruzaran también.
Cruzaron normalmente, con un poco de temor y con los ojos cerrados… y de repente sintieron un escalofrío, los dos abrieron los ojos, ¡Estaban al otro lado! Hacía más frío allí... habían unos iglúes (tal como los habían visto desde lejos) de bolas de helado, eran de muchos colores, a lo lejos divisaron uno rosa, con un tono un poquito oscuro, casi nada diferente a los otros rosas que habían.
-Ese es de Frambuesa ¿cierto? (preguntó Magdalena)
-¡Yo también iba a preguntar lo mismo! (dijo José)
-¡Así es! (dijo Lolli nada sorprendida por la habilidad que tenían sus amigos humanos)
Mientras caminaban y Lolli les hablaba más sobre la historia de Ciudad helado, Lolli miró un tablero de anuncios electrónico que había y al terminar de leer, alarmada se dirigió a José y a Magdalena.
-¿Qué sucede? (le preguntó nerviosa Magdalena)
-¡Va a haber una nevada de chocolate! (respondió Lolli)
Y al instante se fue corriendo hacía una casa de helado que estaba al final de la calle, que era ligeramente más grande que las otras que habían. Magdalena y José ni lo dudaron y la siguieron preocupados.
Al entrar una señora que vestía un traje con helado de piña (pero blanco) conversó un rato con Lolli preguntándole porque estaba tan alarmada, al darse cuenta de la situación hizo una llamada y la dejó pasar.
Dentro Magdalena y José se dieron cuenta de que parecía una oficina normal y corriente (no como era por fuera) pero al medio de la sala había una silla de helado, donde estaba sentado un señor con esmoquin que dijo:
-¿Qué sucede Lollipop Arcoíris?
-Va a haber una nevada de chocolate (dijo Lolli de la forma más calmada que pudo lograr)
-¿En serio? ¡Muchas gracias por haberme avisado! Le informaré en este instante a la Alcaldesa de ciudad gomita, siempre nos ayuda cuando hay problemas. Se pueden retirar...
Lolli menos alarmada salió de la oficina con Magda y José, que habían resultado invisibles en la conversación con el alcalde.
-¿Por qué tanto alboroto por una nevada de helado de chocolate? (preguntó con curiosidad Magda)
-¡Yo estaría muy feliz! Es muy rico ese helado (dijo riéndose José)
-Yo también, pero aquí si nieva helado de chocolate el que se ensucie cambiaría de helado y se le olvidaría para siempre quien es... por eso siempre limpian todo antes de que el efecto empiece (respondió Lolli)
-¿Cada cuánto tiempo nieva helado de chocolate? (preguntó José)
- Cada 2 años (dijo Lolli)
Apenas Lolli respondió aparecieron Frugelés, cada uno usaba una gorra de ejército, tenían caras hechas con papel y medían 2 metros cada uno. El que estaba más adelante (y parecía el jefe) sacó un megáfono que tenía en el bolsillo y habló por el:
- ¡Atención a todos los habitantes de ciudad helado! Por favor resguárdense en un lugar seguro mientras limpiamos. ¡Gracias!
Lolli les hizo una señal para que la siguieran y entraron de nuevo a la Alcaldía, y miraron por la ventana como el ejército de frugelés se tiraba al piso a limpiar... Magda y José se rieron mucho observando como hacían su trabajo el ejército.
Cuando el ejército terminó, Lolli les dijo que ahora iban a ir a visitar otra ciudad. Cuando estaban casi en la entrada se dieron cuenta que las paletas (habían paletas de helado en vez de árboles) se estaban derritiendo más que otras veces.
-¿Esto es normal?, preguntó Magda.
-Se ve preocupante..., dijo Lolli.
Justo en ese momento, vieron a una niña de 10 años que iba hacia la otra parte de ciudad helado. Tenía una apariencia distinta a los habitantes de ciudad helado, tenía el pelo castaño y ondulado, los ojos verdes, un vestido de Loops, un collar de loops, un anillo de loops, una pulsera de loops y en sus zapatos tenía loops de cordones.
-¡Vamos a avisarle a la gobernadora de ciudad gomita!, dijo Lolli.
Se acercaron a la niña y preocupados le dijeron el problema. La niña les dijo que se llamaba TereLoop.
- Hay que comprobar si las paletas de verdad se están derritiendo así, dijo TereLoop.
-Vayamos a preguntarle al alcalde, propuso José.
- ¡Buena idea!, dijo Lolli.
Cuando iban rumbo a la alcaldía, ¡otra vez! Magda y TereLoop conversaron mucho.
- ¡Por cierto que bonito tu nombre!, dijo Magda.
- ¡Gracias! ¿De dónde vienes?, preguntó TereLoop
- Soy humana..., dijo Magda.
- Aaah ¿A que ciudad te gustaría ir de aquí?, preguntó con curiosidad TereLoop.
- Mmm... creo que a ciudad manjar, ¡Me encanta el manjar!, respondió riéndose Magda.
- ¿En serio? A mi también me gustaría ir allí. No tengo mucho tiempo de visitar las ciudades porque tengo que gobernar ciudad gomita, dijo con tristeza TereLoop.
- ¡Que mal! Pero como dicen por allí, "vamos que se puede", le dijo Magda intentando animarla.
- ¡Que coincidencia! Casi siempre ocupo ese dicho..., dijo sorprendida TereLoop.
- ¡Es mi favorito!, dijeron Magda y TereLoop al mismo tiempo.
- Parece que se entienden bien ustedes, dijo José.
- ¡Si!, dijeron otra vez al unísono, y se rieron.
- ¿Cuántos años tienes?, preguntó TereLoop.
- 12 años. ¿Y tú?
- 10 años. Los cumplí el...
- 2 de marzo, dijo Magda interrumpiendo a TereLoop.
- ¡¿Cómo lo sabes?!, preguntó TereLoop.
- ¡No sé!
En ese momento a las dos se les pusieron los ojos blancos y brillantes. En su trance recordaron toda su vida desordenada rápidamente... pero con una excepción enorme... ¡estaban juntas!... jugaban juntas en el parque al que José y Magdalena solían ir... Magdalena conocía a José pero con TereLoop... su papá iba a ponerle el nombre a una de ellas y escribía en el papel Teresita...
Las dos volvieron de su trance y Magda le preguntó a TereLoop:
- ¿Te llamas Teresita?
- Creo... ¡Espera!, dijo TereLoop o Teresita.
- ¿Qué?
- ¡Recordé toda mi vida y estaba contigo!
-¡Yo también! ¡Y teníamos los mismo papás!, dijo Magda asombrada.
Hubo un momento en el que todos mantuvieron silencio... intentando procesar la información.
- ¡¡¡Somos hermanas!!!
FIN
Continuará...
¿Lograrán resolver el problema del derretimiento de las paletas? ¿En serio son hermanas? ¿Si lo son, por qué Teresita está en Candy Land?
¡Descúbrelo en el próximo capítulo!
(Foto principal por Daniela Edburg)
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